El archivo secreto del Vaticano

   El Archivo Apostólico del Vaticano, conocido en latín como: Archivum Apostolicum Vaticanum, llamado también hasta octubre de 2019 como el Archivo Secreto del Vaticano, es el depósito central en la Ciudad homónima de todos los actos promulgados por la Santa Sede y es el Papa, como Soberano de la Ciudad del Vaticano, quien posee el material que se conserva en el archivo hasta su muerte o renuncia, y la propiedad pasa a su sucesor. El archivo también contiene documentos estatales, correspondencia, libros de cuentas y muchos otros informes que la iglesia ha acumulado a lo largo de los siglos. 

   En la centuria XVII, bajo las órdenes del Papa Pablo V, el Archivo Secreto se separó de la Biblioteca del Vaticano, donde los eruditos tenían un acceso muy limitado, y permaneció cerrado para los curiosos hasta finales del siglo XIX, cuando el Papa León XIII abrió ésta biblioteca a investigadores, hecho que se mantiene hasta la época actual.

   La palabra "secreto" al denominarle, "Archivo Secreto del Vaticano", no denota el significado literal de la palabra, pero está muy ligado a mantener en silencio de toda polémica de los archivos más privados de la Santa Sede, debido a que sus contenidos son propiedad personal del Papa y no las de ningún departamento particular de la Sede Central de la Iglesia Católica. La mayoría de los materiales que ahí se almacenan son negados a mostrarse a los investigadores.

   Solo su nombre invoca misterio y motiva a inventar teorías siniestras sobre lo que podría haber dentro. Los índices de los archivos no son públicos, y solo son accesibles para algunos académicos.

   Un aproximado de 83 kilómetros de estanterías, 35 mil volúmenes de catálogos y 12 siglos de documentos componen los enigmáticos y más que emblemas de religión y cultura de los Archivos Secretos del Vaticano, una verdadera leyenda histórica.

   La naturaleza secreta de la Iglesia Católica y su majestuoso tesoro interno han alimentado años de salvajes especulaciones sobre lo que hay dentro. Las teorías de conspiración abundan sobre su contenido, satanizando a la santa sede que por décadas hundió al mundo dominando la política y controlando la economía y la sociedad en nombre de la religión.

   Uno de los archivos más investigado en la sede religiosa es la carta de Mary I de Escocia, (Mary Queen of Scots), que fue ejecutada después de verse obligada a abdicar de su trono. Fue sentenciada a muerte por conspirar para asesinar a la reina Isabel I, su prima. Enfrentando la decapitación, escribió una carta desesperada al Papa Sixto V, rogando por su vida y criticando a los "herejes" que eventualmente la matarían. El Papa no intervino y fue decapitada el 8 de febrero de 1587.

   Otro documento de los más solicitados es la excomunión de la Iglesia Católica de Martín Lutero, el alemán que enardeció a Europa al darle la espalda al catolicismo y escribir sus 95 tesis, es considerado el documento fundador del protestantismo. En respuesta, el Papa León X escribió "Decet Romanum Pontificem", en español "Satisface al Pontífice Romano", una bula papal que echó a Lutero de la Iglesia Católica, esto desencadenó a Lutero para comenzar una iglesia propia, y el resultado muchos lo conocemos en los libros de historia universal reciente.

   Los Archivos Secretos también contienen un documento extremadamente relevante para la sociedad: las actas de los juicios contra los Caballeros Templarios. Conocido como el pergamino Chinon, tiene el tamaño de una mesa de comedor y documenta los juicios de la orden militar católica romana por cosas como el comportamiento blasfemo y la herejía durante las Cruzadas. Gracias a un error de archivo, el pergamino se perdió durante siglos y solo se encontró en una caja que contenía otros documentos en 2001. Actualmente está disponible para todos los investigadores.

   Poco a poco la iglesia ha tenido que abrir sus puerta al público, de manera muy minuciosa. En 2010, en respuesta al creciente interés público en los Archivos Secretos y los mitos perpetuados por el libro de Dan Brown, "Ángeles y demonios", el Vaticano permitió a los periodistas recorrerlo por primera vez. Y en 2012, los Archivos Secretos del Vaticano se mostraron al público en un evento, pero solo algunos de sus informes más importantes, no todos.

   Destacando que hay registros que aún no saltan a la vista del público... lo fechado después de 1939 todavía está cifrado, y es la investigación de los documentos del Papa Pío XII, cuyo silencio durante el Holocausto ha sido interpretado como una colaboración con Hitler. 

   David Kertzer, un historiador de la Universidad de Brown, pudo examinar algunos documentos del reinado del papa Pío XI (1922 - 1939). Llegó a la conclusión de que el Papa hizo tratos con Mussolini para proteger el interés de la Iglesia a cambio de silencio sobre el antisemitismo patrocinado por el estado. 

   Los expertos en el tema aseguran que apoyó al fascista tanto como a Hitler, sus detractores argumentan que el Papa se opuso enérgicamente contra los nazis y ayudó a ocultar a judíos y otros objetivos de la agresión del Führer.